Bienvenidos a mi blog particular donde espero que os sintáis como en casa y donde están guardadas muchas cosas buenas y no sólo la esperanza como en la caja de Pandora.

Disfrutad y pasad un buen rato, espero que después de recorrer mi Caja Particular salgáis sabiendo algo más de mí. Y por supuesto, cualquier opinión es bienvenida.

Saludos, un beso y un fuerte abrazo. Elo.

domingo, 6 de julio de 2008

La mirada de Daniel


Aparco el mercedes último modelo en el parking exclusivo para clientes del Restaurante que me había aconsejado Elena. Apago el motor y Daniel me besa el cuello mientras me roza un pecho. Nos reímos satisfechos y acabo de colocarme los pendientes, aliso mi pelo rubio y me pinto los labios con cuidado.
Nos bajamos del coche y noto el aire frío que me refresca la cara y todo el cuerpo, todavía acalorado después de haber pasado la última hora haciendo el amor desenfrenadamente en un hotelito discreto.
"No está nada mal este Restaurante", pienso mientras el maître nos acompaña a una mesa situada en el centro del salón y veo que hay algunas caras conocidas: directores de Banco, empresarios y otra gente adinerada. Sonrío para mí misma cuando veo que varios hombres se giran para admirar mi estupendo y cuidado cuerpo.
Daniel camina detrás de mí, con un traje caro de color azul marino que hace conjunto con su camisa y corbata. Es un hombre atractivo, alto, delgado, moreno, de 40 años, recién divorciado aunque un poco tímido. Cuando yo lo conocí era el típico abogado promesa que se acababa de casar con la hija del socio de mi marido en el bufete de abogados donde yo también ejercía de abogada especializada. La atracción fue mutua y en muy poco tiempo se convirtió en mi amante, y de eso hacía ya dos años.
Nos sentamos y me pongo a mirar la carta. Me cuesta decidir porque estoy pensando en cómo decirle a Daniel que lo nuestro se ha acabado. No me importa que él diga que se ha divorciado por mí, yo no quiero ni puedo arriesgar mi status y mi matrimonio con Roberto por una aventura.
Pedimos nuestros platos cuando se acerca el camarero y miro a Daniel fijamente.
- Lo nuestro se ha terminado Daniel.- le digo sin titubear.
- ¿Pero que estás diciendo, cariño? – se quita las gafas y empieza a juguetear con ellas, a mordisquear las patillas, como hace siempre que está nervioso.
- Lo has oido muy bien, esto tiene que acabar. Y no me llames cariño – añado, susurrando.
- No pienso renunciar a ti. Estoy enamorado de ti. Quiero estar contigo, Sofía.
- No voy a dejar a Roberto, lo siento. Lo nuestro no llevaria a nada, y....
- ¿ Quieres decir que no me quieres??... ¿ que he dejado a mi mujer por ti para nada??
- No me interrumpas, Daniel... y yo no te dije en ningún momento que dejaras a tu esposa. – lo miro con gesto frío, mientras toco instintivamente mi collar de perlas.
- No lo entiendo. Me dijiste que me querias.
- Lo siento, supongo que estaba confusa, pero he cambiado.... y ... se acabó.
Nos interrumpe el camarero cuando nos trae los primeros, tiempo que ayuda a Daniel a reaccionar. Cuando nos volvemos a quedar solos, su rostro es imperturbable y su mirada fría.
- Bien, querida.... no te preocupes, lo entiendo. Fue bonito mientras duró. Tranquila, no te culpo de nada.

En ése momento, y sin que me dé tiempo a reaccionar se levanta y me besa en los labios.
- Pero estás loco o queee ¿no sabes que mucha gente de aquí me conoce?
- Solo era un beso de despedida, mi amor.
Su mirada es acerada y tiene una sonrisa extraña y cruel en el rostro. Le miro interrogante y él hace un gesto mínimo con la cabeza señalando detrás de mí. Me giro y veo que mi marido acaba de entrar en el salón con unos clientes y que está mirando hacia aquí.
Un estremecimiento me recorre el cuerpo y un peso me clava en la silla dejándome sin aliento y sin saber qué hacer, pero mi marido se adelanta. Lo veo avanzar hacia nosotros, con aquel andar lento y seguro que le caracteriza y se detiene a nuestro lado.
- Esto le da sentido a muchas cosas, mi querida Sofía.
- Cariño, no sé lo que has visto, pero....
- No, Sofía, no.... deja tu poder de persuasión para otro momento. Se acabó, querida. No vuelvas por casa, ni tampoco por el despacho.
- Pero, cariño.....
Ya es demasiado tarde. Mi marido camina tranquilamente hacia la mesa donde le esperan los dos hombres. Me vuelvo lentamente hacia Daniel, mirandolo sin verlo. Mi vida se ha acabado, todos mis planes, todo mi futuro ha saltado por los aires.
- Bien, supongo que esto lo cambia todo, querida. Ahora no hay ningún impedimento para que estemos juntos.
- Estas loco. Eres un pobre desgraciado que no llegarás a nada.
- Igual que tú, mi amor.
Me invade la ira y sin darme cuenta de donde estoy, mi mano estalla contra su mejilla en una bofetada que hace que la pareja sentada a nuestro lado se gire a mirarnos.
Le miro a los ojos, se ha derrumbado por unos segundos pero la mirada de acero vuelve a sus ojos.
Yo me recompongo y sin decir nada, me levanto, cojo mi bolso y camino hacia la salida.
Casi he llegado al guardarropia cuando me paro y vuelvo la vista hacia el salón, como mirando a lo que es ya el pasado de mi vida.
Entonces veo que Daniel se ha levantado y anda decidido hacia la mesa de mi marido mientras me observa con una intensa mirada. Eso me hace caminar hacia ellos instintivamente. Tropiezo con una camarera, pero no me hace detenerme.... estoy atrapada por los ojos de Daniel.
Estoy a dos pasos de ellos, mi marido sigue de espaldas charlando y Daniel busca algo en su americana. Parece que el tiempo se detiene cuando veo que lo que saca del bolsillo interior es una pistola.
Logro alcanzarlos en ése momento y grito un NOO que me parece eterno cuando noto un golpe seco en el costado, y caigo abrazada contra Daniel, sólo unos instantes, hasta que me derrumbo de rodillas a sus pies, agarrándome un segundo a su cuerpo. Caigo de lado en el suelo mientras veo cada vez más borrosamente cómo cae la pistola a unos centímetros de mi cara impregnada por mi sangre que mancha el suelo, y oigo el sonido de las suelas de sus zapatos corriendo hacia la salida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que el relato está muy bien y diferente a otras cosas que has escrito.

Ya veo que vas tocando diferentes géneros y siempre consigues escribir cosas interesantes.

Muchos ánimos para seguir en esta línea, tanto en relatos como en los diferentes contenidos del blog.

Eloisa dijo...

EL ESCRITO MUESTRA LA REALIDAD DE LA VIDA CUANDO LA AVARICIA Y EL MATERIALISMO DESBANCA A LOS SENTIMIENTOS Y AL PODER SOBERANO DEL CORAZÓN. BIEN EXPRESADO , AUNQUE ES PREVISIBLE LA TRAMA Y EL FINAL , DESGRANA PERFECTAMENTE LA LLEGADA Y LA SALIDA DE LA ESCENA . BUEN RELATO PARA ENMASCARAR UNA VIDA SIMILAR AUNQUE DE MENOR CALIBRE MONETARIO . FELICIDADES ELOISA.
(Comentario de Manuel)